Diga No a los Préstamos

En estos días podemos obtener un préstamo muy fácilmente, los bancos y prestamistas en muchos casos nos ofrecen un préstamo casi que en el acto, y presentando pocas o ninguna garantía personal.

Cuando uno necesita dinero la tentación es fuerte, y gran parte de la gente en una situación difícil va a pedir el préstamo casi sin pensarlo.

Pedir un préstamo es un movimiento financiero importante, como regla, jamás realice un movimiento financiero sin analizar las consecuencias.

Victoria es una mujer que trabaja como secretaria en una oficina, su salario no es muy alto pero complementado con el de su marido llevan una buena vida, sin demasiados lujos pero pagan sus cuentas sin falta, envían a su pequeño hijo a un colegio privado acorde, tienen dinero para salir de paseo familiar los fines de semana, y siempre pueden ahorrar lo suficiente como para vacacionar todos los años en un modesto balneario de su país.

Un día Victoria no se encuentra conforme con lo que tiene, decide que merece una vida mucho mejor por todo lo que trabaja, y pide un préstamo para comprarse el auto cero kilómetro que tanto publicitan en la televisión...

¿Cómo crees que continúa la historia? ¿Acaso Victoria y su familia vivirán felices obteniendo todo lo que desean a base de pedir préstamos?
Pedir un préstamo es una solución rápida y fácil, pero de ningún modo es un movimiento eficaz.

La historia que mencionaba antes es un patrón que se repite en la mayoría de las familias, se empieza pidiendo un inocente préstamo y luego uno se endeuda por un largo período y termina pagando más del valor real de la inversión. Esto también incluye a las tarjetas de crédito.

Personalmente he visto como familias quedan en la ruina en pocos años debido a los préstamos solicitados para comprar artículos que no producen ganancias, al contrario producen más gastos.

En el caso de este ejemplo, el préstamo se utiliza para comprar algo que no genera ganancias económicas, o sea algo que no produce dinero; si el préstamo se usara para algo que produzca dinero entonces sería otra historia, por ejemplo si se usa el dinero del préstamo para emprender un negocio propio.

Aún en los casos de que se quiere iniciar un negocio propio, es aconsejable en lo posible no pedir un préstamo e intentar arreglárselas con lo que se tiene a mano.
Una buena estrategia es vender todo aquello que nos produce muchos gastos o no nos genera ganancia, el dinero de la venta podemos utilizarlo como base de ahorro para invertir. Siempre antes de realizar cualquier movimiento, tanto de venta como de compra, recuerda analizar a fondo las ganancias y pérdidas posibles.

Vemos a cada instante la publicidad sobre lo fácil que puede llegar a ser pedir un préstamo, en algunos casos incluso prácticamente sin presentar garantías.
Hace un tiempo vi un anuncio que ofrecía un préstamo para aquellas personas que querían hacer regalos de navidad pero no tenían suficiente dinero. Más adelante la misma empresa anunciaba préstamos para financiar las vacaciones, con una frase como: "Antonio no tenía dinero para irse de vacaciones con su familia, y lo solucionó pidiendo un préstamo".

Las empresas prestamistas nos quieren hacen ver y creer a través de la publicidad que pedir un préstamo es la primer opción que tenemos a mano. Yo digo que la primer opción que tenemos a mano es usar nuestro cerebro.

Créeme que pedir un préstamo para comprar algo que genere pérdida de dinero o que no genere dinero, es la peor idea que jamás se te pueda ocurrir.

Los préstamos van en contra de las buenas prácticas de economía doméstica, significa endeudarse y ésto es algo que siempre queremos evitar.
Las tarjetas de crédito no son más que otra forma de pedir un préstamo y de acarrear más deudas.